El rollo completo y la cocina del relato

Rollo completo de Fernando M. Sassone Enlace al ejercicio

Se nos han dicho (o vendido) que la tecnología digital viene a reemplazar a la fotografía analógica, que la película es tema caduco y que la instantaneidad de la toma digital y su verificación en tiempo real es uno de los sueños de la fotografía hecho realidad. No se puede negar que la era digital cambió radicalmente a la fotografía, y a los fotógrafos. Pero estoy cada vez más convencido de que el soporte quimico, antes que desaparecer, se va relegado a cuestiones específicas, a veces ligadas a la obtención de originales de alta calidad en formato medio o grande, otras ligadas al fotoperiodismo (hay casos en que una cámara digital no es práctica en lugares sin electricidad o computadoras), para retratos, o simplemente por una cuestión de calidad en el sentido de lo diverso que resulta la definción química a la digital... Muchas de estas funciones también desapareceran a largo plazo, otras, creo se mantendrán.

Cuando vemos una foto, esa foto es el resultado natural de una selección. Muchas veces uno desearía saber que hubo antes o después de esa toma. También muchas veces intuimos o sospechamos que el fotógrafo no hizo una sola foto de cierto tema, y nos sentimos intrigados por esas fotos descartadas.

Una de las cosas que todavía hoy se puede aprender con un rollo, es la experiencia de sacar sabiendo que hay cierta unidad, cierto ciclo de tomas... ciclos de 36 fotos. Sí, el rollo es una unidad que produce cierta narrativa por si mismo. Cada foto, prueba de foto o foto fallida muestra una intención por parte del fotógrafo. Es así como ver un rollo completo puede resultar una experiencia reveladora y pedagógica. Si bien es imposible que sea una representación cabal de la forma de fotografiar de cada uno, no deja de ser interesante poder verlo, ya que en él hay una narración implícita, natural y cronológica. Un relato adentro del relato, o si se prefiere, la cocina de un relato.

Un rollo habla de la forma en que cada fotógrafo concibe un trabajo o un tema. Podemos ver la forma en que saca, repite, prueba, se distiende con otros temas, experimenta, y muchas veces también cuando documenta su propia experiencia haciendo fotos en donde aparece junto a los sujetos que fotografía, muestra un backstage, cuando decide participar extraoficialmente en el tema, o hacer una foto como recuerdo personal.

Café Porteño Fotografía, ha propuesto este ejercicio entre sus miembros, como una forma de indagar en el proceso de creación de cada fotógrafo.

A la fecha han participado
Fernando M. Sassone
Marcelo Mottalli
Jorge Torija Zane
Christian Otrosky


Fernando Sassone para Café Porteño Fotografía
© 2007 - Café Porteño / www.cafeportenio.com.ar/
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Mario Antonio Herrero Machado, la vida de un viajante.

"Mariano en el Citroen", por Mario Antonio Herrero Machado

Mario Antonio Herrero Machado ha practicado la fotografía toda su vida. Comenzando con una máquina de cajón a los 17 años, para luego continuar con una 35 mm de visor directo, con la cual parece haberse hecho uno con la cámara. Adquirió esa rara cualidad de sensibilizarse con la luz natural y el tipo de película de acuerdo a cada situación. Muy tempranamente también, conoció el oficio del laboratorio. Estudió alternativamente cine y geología, se recibió de licenciado en la segunda. Militó políticamente en la década del 70 y, como muchos, fue víctima del terrorismo de estado perdiendo a su esposa, desaparecida, y quedando con dos hijos pequeños y toda una vida por delante. Y Mario Antonio siguió adelante, con dolor, con furia, con rabia, pero también con sabiduría, con pasión y con arte. Fue así que volvió a casarse y tuvo otro hijo, porque Mario Antonio no reniega de la vida, y tal vez por eso fue capaz de seguir fotografiando, captando momentos sutiles (como sus famosas series de telarañas congeladas), niños, hijos, nietos, pequeñas maravillas de la naturaleza con sus macros, paisajes, más seres queridos, situaciones urbanas... Podemos ver sus fotos como una gran historia, una crónica que nos habla de su vida, pero también que nos ilustra sobre el pasaje del tiempo. Dijo Michel Focault que se comprende mucho mejor el pensamiento de una época si se leen, no los libros famosos de cada una, sino los que de alguna manera han sido relegados o pasados por alto por la historia oficial. De manera similar, las fotos de Mario Antonio son espontáneas de un presente que queda plasmado realista y sensiblemente, que transmite una verdad tan vívida, tan franca y tan transparente.

Mario Antonio Herrero Machado sigue fotografiando, hoy en digital, y seguimos pudiendo ver al mundo a través de sus ojos. Su obra, su crónica, su vida, está documentada. Gracias por ello.

Enlace al "Portfolio x 20" de Mario Antonio Herrero Machado en el Café Porteño


Fernando Sassone para Café Porteño Fotografía
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Aníbal Pees Labory, la fotografía como punto de partida.

Aníbal Pees Labory, Portfolio x 20 en el Café Porteño
Aníbal Pees Labory es un artista de este tiempo. El abordaje de su obra es siempre conceptual, la idea se antepone a la forma y la forma a la técnica. En su obra, lo primoridal es el mensaje y la intención, la técnica es solo un medio, un mero vehículo del cual se sirve para llegar a donde desea. En sus composiciones vemos objetos que adquieren formas surrealistas, arquitectura que adquiere matices metafísicos, elementos abstractos o puristas que determinan composiciones pregnantes e hipnóticas.
El camino de lo digital no nos resulta extraño si consideramos su formación heterogénea, inicialmente clásica, en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, y luego en la Prilidiano Pueyrredón, que dejó de lado para incursionar nuevos caminos en forma autodidacta y abrirse a las nuevas posibilidades que ofrecía el arte contemporáneo. Transitó por la pintura, la animación, la serigrafía, la ilustración, el diseño gráfico, la fotografía y finalmente, la manipulación digital de imágenes. Estas experiencias multidisciplinarias fueron fundamentales para conformar el amplio perfil de un artista que ha sabido expresarse genuinamente más allá de las técnicas y lo estilos en boga, que para muchos funcionan como limitaciones en la capacidad de expresión artística. Aníbal Pees Labory, un artista que ante todo, conoce de su compromiso con la forma y la expresión.

Enlace al "Portfolio x 20" de Aníbal Pees Labory en Café Porteño

Fernando Sassone para Café Porteño Fotografía
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Sandro Pujía, la intimidad de la luz

Bruno dormido, por Sandro Pujía

Sandro Pujia, Portfolio x 20 en el Café Porteño
Sandro Pujía tuvo una formación variada y heterogénea, diríase caótica. Estudió desordenadamente fotografía con Teofilo Dabah, Dirección de Fotografía en la FUC, dibujo y pintura con Carlos Monzani, escenografia con Raul Gomez y Gaston Breyer y Luminotecnia con Ernesto Diz. Y fue finalmente la luz, nada más y nada menos, lo que lo cautivó, convirtíendose en uno de los más buscados iluminadores de espectáculos de Argentina, profesión que lo llevó a recorrer las principales ciudades de Amércia y Europa. Fue distinguido en 2005 con un premio ACE a la iluminación por su trabajo en la obra "Mina, che cossa sei?".
Su éxito profesional no ha menguado la intensidad de su primer amor, la fotografía, antes bien, lo ha acrecentado. La luz es su pasión, la luz es su obsesión y la fotografía es su forma de documentarla. Su profesión le ha enseñado sobre la naturaleza volátil de la luz, tan efímera como el tiempo, y es con la fotografía que logra en parte retener, retratar y documenar esa delicada y frágil materia. Sus fotos registran todo tipo de escenas, excusas para modelar con luz. Con total desprejuicio y libertad aborda retratos, naturalezas muertas, paisajes, escenas urbanas o flores... Su esposa y sus hijos son sus modelos preferidos, con quienes experimenta como si estuviesen sobre un escenario teatral. Logra una imagen depurada, sintética, minima. Su lenguaje es despojado, y logra con gran economía de recursos y claridad, profundizar sobre temas simples. Sí, Sandro Pujía se obsesiona con la luz y nos regala la magia de su obsesión en dos dimensiones.
Sandro Pujía es docente en la carrera de Iluminacion de espectaculos de el IUNA (Instituto Universitario Nacional de las Artes - Ex Escuela Nacional de Bellas Artes) y miembro del grupo fotográfico "Cafe Porteño", donde se desempeña como coordinador, proponiendo y promoviendo actividades, debates y participando de la producción y curaduría de muestras fotograficas.

El dato curioso: Sandro es hijo de uno de los mayores escultores argentinos contemporáneos: Antonio Pujía.

Enlace al "Portfolio x 20" de Sandro Pujía en el Café Porteño


Fernando Sassone para Café Porteño Fotografía
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Guillermos Salvo, visiones para reflexionar

"Rotativas", Guillermos Salvo
La Mitsubiyi en plena producción. Esta rotativa de gran tirada es el orgullo de los trabajadores de la recuperada Grafica Patricios del barrio de La Boca.

Guillermo Salvo, Portfolio x 20 en el Café Porteño
Guillermo Salvo es un fotógrafo que transmite profundidad. Su fotografía no busca un fín estético, ni la comunicación o la expresión por sí mismas, su verdad se ubica siempre en algún punto intermedio, y no siempre el mismo. Se ve claramente una tendencia a documentar o testificar que habla de su compromiso social. Y digo visiones y no imágenes, porque sus fotografías nos pintan siempre panoramas, situaciones y realidades que nos transportan, nos muestran, nos revelan. Destacan sus blanco y negros bien estructurados, sintéticos, sin vueltas, sin enrededos, ni sorpresas o artificios. Pero ¿qué hay detrás de su fotografía? Indudablemente una búsqueda social, humana y personal que nos lleva a ver un mundo con los ojos del compromiso.

Enlace "Portfolio x 20" de Guillermo Salvo en el Café


Fernando Sassone para Café Porteño Fotografía
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Sobre Café Porteño

Café Porteño - Fotografía, es un grupo fundado en Buenos Aires y compuesto por más de 100 fotógrafos de todo el mundo que interactúan en charlas, debates, entrevistas, blogs y ensayos fotográficos dentro de un portal virtual en Internet. Entre las actividades regulares se realizan muestras virtuales y exposiciones en diversos centros culturales. El grupo también organiza talleres, dicta seminarios y realiza la curaduría y gestión integral de las exposiciones. Sus miembros son fotógrafos profesionales, aficionados y entusiastas de la fotografía de Argentina, Venezuela, Brasil, Uruguay, Chile, México, Perú, Costa Rica, Italia y España.